El pasado jueves 27 de Abril tuvo lugar la presentación del libro: «EL CUERPO COMO CAMINO» de Laura Andrea Grinsztajn. A continuación, compartimos la reseña de dicha presentación:
Inicialmente Laura realizó una breve introducción de su trayectoria profesional, en la que nos explicó su forma de trabajo y como a través de la experiencia de darse cuenta durante años, como fue desarrollando una forma de observar y de recoger información y hacer algo útil con ello, en función de mejorar la relación mente, cuerpo y emoción, y nos deja claro que su libro es una propuesta para añadir herramientas a nuestro trabajo terapéutico y en paralelo nos invita a experimentar estas técnicas: Sensopercepción, Eutonía, Antigimnasia, Método Feldenkrais, Estiramiento de cadenas musculares, Expresión corporal, Juego libre, Terapia Gestáltica, Terapia Bioenergética, Yoga y Chi Kung, que describe en su libro.
De esta forma El libro está diseñado para compartir y extender estas comprensiones y nos invita a crear una herramienta a través de las técnicas corporales y, crear un abanico de herramientas que nos permita elegir, cómo ella lo ha hecho, cuáles pueden o no ser válidas en función de la dificultad de la persona en cuestión. Y que ello devenga en una herramienta de trabajo profesional y personal.
Estuvo invitada Ana Piñeiro que nos habló de lo que es la Antigimnasia. En esencia lo que Ana, nos describió que a través de experimentar la antigimnasia se descubre cómo el cuerpo se va organizando a lo largo de la vida, cómo se ha ido adaptando y protegiendo. Evitando hacer algunos movimientos porque duele y, esto es una manera de protegernos, es una respuesta del organismo ante el dolor. Explicaba que cuando intenta mover algunos músculos, en la sesión de antigimnasia sus usuarios notan y expresan que son partes del cuerpo que no sabía que estaban ahí. Pero, poco a poco, se establece una nueva conexión entre ese músculo desconocido o poco conocido y el cerebro. No se trata de un deporte, ni de una terapia, sino de un trabajo corporal, una consecución de movimientos sutiles y precisos que se realizan bajo las pautas de un profesional. Al trabajar de esta forma es posible desarrollar una percepción y un conocimiento del cuerpo, más profundo.
Jaime Polanco nos introdujo al método Feldenkrais. Autoconsciencia por el movimiento, él explicaba que en nuestro día a día tendemos a automatizar nuestros movimientos, acciones, restando eficiencia y espontaneidad a lo que hacemos. La repetición hace que determinada acción se convierta en un hábito y cuando esto ocurre, dejamos de prestarle atención -de ser conscientes- y ya no intentamos mejorarlo. De esta manera practicamos posturas y movimientos que ejecutamos mientras hablamos con una u otra persona, mientras exponemos, mientras discutimos, etc.
Tomar conciencia de esos movimientos, implica observar las relaciones que se establecen entre las distintas partes del cuerpo y las sensaciones que experimentamos. ¿Alguna vez nos observamos cómo nos posicionamos en una discusión? ¿Qué sentimos, cómo respiramos, cómo ponemos el cuerpo y/o cómo gesticulamos? Muy probablemente, en lo único que prestamos atención es en la sensación que se nota más; ira, cansancio, preocupación. Los “asuntos” de las personas pueden ayudar a explicar diferencias individuales en sus trayectorias de aprendizaje. El cómo hagamos estas respuestas fisiológicas involucran tensión, contractura y/o o molestias diversas, ya que las hacemos con el cuerpo.
Jaime comenta que al dirigir la intención hacia lo que sucede mientras nos movemos. Sólo de esa auto-observación podemos aprender sobre nosotros mismos a través de la experiencia. No sé si esto se relaciona con lo que él llamó “Optimismo biológico”. No sé a qué se refería, se me hace muy interesante el término y reflexionando en ello, me lleva más a pensar en esa relación mente consciente, mente inconsciente y mente biológica, que se puede llegar al optimismo biológico cuando organizamos cambios funcionales a través del movimiento, creando así diferencia que hace diferencia.
Ángeles Roca la responsable de hablar de Eutonía no pudo estar, y envió un texto para comunicar a los presentes, mismo que Laura nos leyó ; por lo que extraigo partes que me parecen interesantes a modo de crear una visión global del trabajo de Ángeles.
A pesar de que en eutonía siempre insistimos en que la palabra se queda muy corta para expresar los matices de la experiencia, no tengo otro recurso, en la distancia, para presentaros esta práctica que me apasiona desde hace más de 20 años.
En primer lugar, a la hora de caracterizar la eutonía hay que decir que ésta se dirige a la totalidad del ser, concebido como una unidad indisoluble en la que cuerpo y psiquismo no son más que diferentes aspectos de la misma realidad. Y esto es así porque las experiencias que propone tienen como eje el tono muscular que, como Henri Wallon afirmaba, es “el tejido de las emociones”. Tanto él como De Ajuriaguerra sitúan al tono muscular en la encrucijada de lo biológico, lo psicológico y lo social ya que en esta compleja función confluyen factores anatomo-fisiológicos, emocionales, educativos y culturales.
Las propuestas de la eutonía son una invitación a hacer presentes nuestras sensaciones corporales, a “apropiarnos” de nuestro propio cuerpo y a reconocer en él los límites, las tensiones, los cambios tónicos y las posibilidades expresivas a través del movimiento. La toma de conciencia es un medio y al mismo tiempo un fin en sí mismo. El desarrollo de esta capacidad de presencia va más allá de las sesiones de eutonía y modifica nuestra forma de estar en el mundo.
Las situaciones de trabajo, son variadas: individuales, en parejas, tríos…, desde el reposo hasta el movimiento, ya que persiguen la adaptación del tono muscular a las distintas situaciones de la vida cotidiana. En ellas tomamos conciencia de nuestra envoltura (la piel), de nuestros músculos y huesos, de nuestro espacio interno, etc. y experimentamos con diferentes principios hasta su integración en el movimiento eutónico.
En eutonía nunca hablamos de “pacientes” sino de “alumnos”. El eutonista es un mero “conductor” que propone al alumno situaciones y experiencias pero éste es el verdadero “agente”, el responsable de su proceso de cambio. También es frecuente que los alumnos tomen conciencia de sufrimientos psicológicos que aparecen asociados a sus tensiones y que busquen a otros profesionales para profundizar en sus causas y resolver sus conflictos al tiempo que continúan con la eutonía.
Una parte interesante fue cuando hablaron de la propuesta del curso: “Herramientas de Técnicas Corporales Aplicadas en la Gestión Emocional” . Misma que han diseñado partiendo de años de experimentar cada uno en su área de trabajo Con lo que el curso está estructurado para que los participantes experimenten lo más posible. Incluye diferentes tipos de técnicas corporales cualitativamente diferenciados, como son:
Método Feldenkrais: Jaime Polanco, Diplomado Universitario en Fisioterapia (UCM). Profesor acreditado en método Feldenkrais
Técnicas de Antigimnasia: Ana Piñeiro. Lic. En Comunicación Audiovisual. Profesional certificada y Responsable de la formación de Antigimnasia en España.
Técnicas de Eutonía: Ángeles Roca. Lic. En Ciencias de la Educación. Diplomada en Eutonía. Responsable de la formación de Eutonía en España.
Trabajo Corporal Consciente: Laura A. Grinsztajn: Educadora, Lic. En Psicología. Posgrado en Técnicas corporales terapéuticas.